miércoles, 9 de febrero de 2011

TIJERETAZOS BIEN PENSADOS

London, London, London...
El taller está definitivamente instalado. Un pequeño bajo en Islington. La calle White Chapel tiene su encanto. Angosta, empedrada, cortada al tráfico rodado. Cada mañana, al llegar allí, me siento como el sastrecillo valiente. Viviendo el inicio de un cuento de hadas. La sastresa no vive precisamente cerca. A ella le gusta la bohemia. Ha ido a parar al siempre denostado barrio de Brixton. Multicultural y, en consecuencia, diverso, rico en colores y detalles, duro pero a la vez con corazón. Su mercado es especial. No está hecho para el turista. Es para los vecinos. Paseas entre los puestos y oyes cuatro o cinco idiomas. Bajo las vías del tren, aprovechando el espacio, una pequeña villa comercial se esconde. Añeja pero con sabor a casa es un refugio techado en cristal abobedado. Es Brixton Market Village donde, según dicen, está la mejor pizzería de Londres. Yo, como aprendiz, opté por alojarme en un pequeño convento cercano a la sastrería. Casa y comida a bajo coste. Así que voy andando al trabajo. Un privilegio en esta ciudad donde cada día llegan decenas queriendo vivir un sueño que a veces, solo a veces, se hace realidad.

1 comentario:

Dorothy dijo...

¡Feliz regreso!
Qué bajo tan mono. Y espero que me enseñes ese mercado cuando vayamos a verte.

Un besazo.
Miss you.