Cuaderno de Bitácora, by SusieQ1973
Nota 1, a principios de julio de 2009
Los mundos flotantes
--inspirada en la fiesta homónima--
Los mundos flotantes... las apariencias, las obligaciones morales, la autocensura, la timidez, la ausencia de comunicación, sentimientos silenciados y de obligado olvido [duro, paulatino...], la vida en negativo siempre está presente en el día a día...
"Es el mundo efímero espectáculo
hecho para las ilusiones de los hombres,
con sonrisas de dicha y lágrimas de pena,
que con su brillo y su ausencia engañan...
No hay nada, excepto el Cielo, verdadero",
alguien dixit...
Nota 2, mediados de julio de 2009
Buscando destino
El mes de agosto comenzará con el paso obligatorio por el dique seco y mucho trabajo en tierra. La navegación tendrá que detenerse. Pero el marinero se marea al pisar el suelo. El capitán está pensando en nuevo destino. Quizá una de las islas atlánticas más cercanas a la costa africana. Debe hacer los cálculos logísticos y sobre el mapa...
"Del barco que yo tuviera,
serías la costurera.
Las jarcias, de seda fina;
de fina holanda, la vela.
—¿Y el hilo, marinerito?
—Un cabello de tus trenzas".
Rafael Alberti, de Marinero en tierra.
Nota 3, 22 de julio de 2009
Seguir la ruta de la inocencia...
La ruta de la inocencia es un camino que acaba en un callejón amargo. La franqueza es un tesoro difícil de encontrar. En el baúl de la vida son muchas las capas de trapos que hay que revolver hasta quedarse desnudo como un recién nacido. Reseteado. Asustado. Estremecido. Expectante. Desorientado. Navegar en un día único nunca fue tan apasionante ni tan solitario... Cuidado con las mentiras piadosas, las medias verdades, las excusas. No son buenos compañeros de viaje. Traicionan la esencia de la inocencia, esa pequeña porción de niño que queda latente. Dolorosa cuando se afrontan la malicia o la cobardía o la indolencia...
Nota 4: 29 de julio de 2009
Las cartas perdidas
Los pies solos llevaron a la sastresa a la caja de las pinturas de brocha gorda nada más desayunar. Las manos le obligaron a coger la brocha y el pequeño bote de pintura dorada. Pintó la mitad del marco de la puerta del baño. Un dibujo de un aseo más clásico que el real le observó desde la puerta entornada. Y, así, mientras le daba al útil pictórico, arriba y abajo, arriba y abajo, le dio por pensar en la pena que le da que el correo escrito, manuscrito, mejor dicho, sea una costumbre en peligro de extinción. Recordó las largas cartas de cuatro folios que les enviaba a sus amigos en Madrid o en Mérida contándoles sus penas y sus alegrías, buscando palabras en el diccionario para no repetirlas, trocando sentimientos en letras… Ahora se le antoja que aquello, tan personal que incluso las lágrimas brotaban sin querer, era un ejercicio que [no sabe a sus compañeros de viaje] siempre le alivió. No sabe si hoy recibirá carta. Echa de menos la sorpresa al abrir el buzón. Cuando llegue a puerto, aprestará la recogida de la saca postal… pero no confía en recibir ninguna. Quizá alguna de la compañía. Nada familiar.
Nota 5, 2 de agosto de 2009:
Identidades
Antes de adentrarse en aguas donde el GPS ni el satélite admiten comunicacion alguna, la sastresa, trocada en capitán de barco, reflexionó sobre la necesidad de encontrar la identidad perdida. Las largas horas de navegación en solitario ayudan. Como las ciudades buscan de forma artificial dotarse de una, ya que el frenético ritmo del progreso, el mestizaje y la superpoblación han sobrevenido acompañado de una pérdida de memoria histórica de usos y costumbres ancestrales, el hombre también sucumbe al estrés y se pierde entre el trabajo y las obligaciones. Para encontrar la identidad individual en esta vorágine hay que buscar excusas por falta de tiempo en el día a día. Espero que los mares no vengan muy revueltos. La aventura comienza.
Nota 6, 13 agosto 2009
El pueblo
Cuando uno llega a un pueblo donde se ha comprado una casa pronto se da cuenta que el aislamiento no es posible. Así, que no queda otra que unirse al grupo. Calculó mal la sastresa el número de habitantes de la aldea. Las largas travesías que le apartaron de sus calles, de su puerto, le nublaron la memoria. Apenas si viven todo el año dos familias. El resto hasta unas doscientas personas van por vacaciones. Así, que se topó con una antigua residente de Palma de Mallorca que está unida sentimentalmente a un sujeto llamado Picante. Buen nombre, eh? En el pueblo hay una piscina. Pertenece al complejo rural Caserío de Inazares. Para bañarse en ella, los propietarios, es decir, aquellos que tenemos casa en la aldea, tienen que organizarse el horario. Sólo pueden acceder de 15,30 a 17 horas. Te bañas si el tiempo acompaña. En siete días, ha habido calor, nubes, granizada --que aquí llaman piedra-- y lluvia intermitente. Ayer, cuando me fui, el ciclo se reiniciaba. Así, que la sastresa ha pasado de ser un rumor a Susana, la que vive al lado de Josefa. Y, por supuesto, hay que contestar a las preguntas de socialización de rigor: a qué te dedicas, porqué no está aquí tu novio, hasta cuándo te quedas... Algunas preguntas no obtuvieron respuesta, otras sí. La mayoría de éstas últimas le parecieron presunciones a lado de la sencillez de sus convecinos.
Así, al cabo de las dos semanas, Susana, vecina de Josefa, tras darle un repaso a la casa con ayuda de algunos grumetes de la tripulación, regresó a la mar...
Nota 7, 31 de agosto de 2009
Lanzarote
La estancia en el Mar Menor fue breve. Tan sólo un descanso para retomar la puesta a punto final de su casa de Inazares. Un anticipó de otra singladura. Un esprint final en Inazares favoreció cumplir con los tiempos previstos y el capitán --la sastresa-- estuvo list@ para presentarse en el destino siguiente: Lanzarote. Desde la planificación de la travesía hasta la isla oceánica hasta su ejecución hubo otro viaje interior ajetreado y cargado de sentimientos encontrados. Tras demostrar su solvencia a la hora de resolverlos, la comandante se supo ganadora y puso rumbo al punto donde azotan con fuerza los vientos alisios. La isla volcánica le acogió, pese a ser una moderna pirata que busca saciar su curiosidad. Las entrañas de Lancelot se dieron la vuelta no hace mucho tiempo, pero eso no mermó su belleza. Todo lo contrario, la acrecentaron porque hicieron a la ínsula original, diferente, única. Negra, roja, ocre, azul y blanca, también verde... Así es Lanzarote. La sastresa tuvo la suerte de tener a un anfitrión de lujo. Un antiguo compañero de viaje. Gracias a él, recorrer la isla tuvo mejor sabor y a través de él contactó con la generosidad de sus gentes. Una sensación de estar en casa invadió a la directora del taller... y es que hay sitios que el viajero curtido escogería a ojos cerrados para fondear sin fecha límite, abandonado al descanso, paseando descalzo por calles sin asfalto, frente o en la isla Graciosa.
'El misterio del agua azul (Beau Geste)', Percival Christopher Wren
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'El misterio del agua azul (Beau Geste)', Percival Christopher Wren
Fantasmas. Muertos. Legionarios que a pesar de estar ya sin vida se aferran
a sus bayo...
Hace 3 años
1 comentario:
Una ermitaña como yo creo que se hubiera quedado en la casa con chimenea del pueblito perdido y aislado de todo...
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