TIJERETAZOS BIEN PENSADOS

La tercera adolescencia
La sastresa considera obligada terapia para su corazón roto disfrutar de una tercera adolescencia. Suele decirse que a la tercera va la vencida. Ahora toca hacer el loco, vivir el día y la noche. Dos vidas distintas para una misma persona. Al fin y al cabo, cuando el amor te destroza hay que deconstruirse, partir de cero. El perfil hedonista del adolescente quizá tenga límites, según la experiencia de la sastresa. Ella creía que no, que vivir a tope no tiene que ver con los principios, pero ha descubierto que alguno hay que mantener vigente. Con ciertos límites y con el corazón erosionado, quizá necrosado en parte para siempre, seguirá fiel el consejo de una nueva amistad: hay que 'socializarse', como sea, cuando sea...pero no con quien sea. Al espíritu que anima este taller le gusta que haya algo más y siempre con pasión. También adora la incorporación de nuevos costureros locos a su pequeño taller para debatir sobre el color de las telas, los hilvanes o sencillamente escuchar el hilo musical de nuestro programa favorito.
¡Bienvenida, tercera juventud!
(pero con la experiencia acumulada de estas tres décadas y media).


Un verso de Mario Benedetti para la ocasión
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.