martes, 21 de octubre de 2008

TIJERETAZOS BIEN PENSADOS

La sastra necesita un buen reloj vital

La titular de este taller nunca se ha caracterizado por abrir a la hora. Así, muchas y muchos de sus clientes preferidos han sufrido su insconsciente agrabio sin rechistar. Sufriendo en silencio su ostracismo. La sastra pide disculpas públicas, pero no puede prometer que su reloj vital se ponga en hora algún día. En realidad, casi nunca lo estuvo. Un cerebro de escasa potencia saturado de sensaciones, pensamientos, preocupaciones, problemas sin resolver, hilvanes sin asegurar... (vamos, lo que en la sastrería puede llamarse arreglos pendientes) se satura con gran facilidad y las obligaciones no ayudan a que esto cambie, sino que hace que en un momento dado las prioridades no se tengan a la vista, se oculten, en mitad del estrés que significa hoy día trabajar... Perdón mil veces a esa cliente favorita que ha sentido un desprecio que no es tal, un desplante insconsciente...
La sastra vive en el desastre estos días, perdonalá, aunque sea un poquito.

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