
Las Negras es una playa de arena negra y aguas cristalinas, con pequeñas praderas de algas ocres que contrastan con bella intensidad con el azul turquesa de las aguas poco profundas. Está en el extremo oeste del parque natural de Cabo de Gata, en Almería. La playa es la boca de un valle ancho, aunque pegado al mar, dominado por el pueblo de blancas casas que da nombre a la bahía y el Cabo Negro, de claro origen volvánico. Ajeno a las construcciones de casas para turistas que surgen entre las viejas rocas de esta zona almeriense, bordeando la costa en dirección al citado cabo, un camino nace en el mismo pueblo para convertirse pronto en cañada para ovejas donde algunas mañanas se puede ver a un pastor ataviado con un sombrero de ala ancha.
El sendero te dirige, bajo un sol mañanero de justicia que anuncia una tarde calurosa, a la playa de San Pedro. Un oasis en medio del desierto. Una antigua torre medieval de origen árabe te recibe tras unos 40 minutos de marcha. Allí, en un angosto valle que bien pudo ser en tiempos, el cauce de un río, afloran las aguas de un manatial.
La playa de San Pedro
Un reducto de lo que debió ser la vida de los hippies en Eivissa durante los años 60 es la playa de San Pedro. Rastas, cabellos largos y cuerpos bronceados, desnudos al sol, que improvisan poesías en busca de un trueque que no parece serles satisfactorio en cuanto aseguras que un dibujo puede ser un posible pago... ¿Querían tabaco en realidad? No parece mal intercambio: una poesía por un dibujo. A mí me parece justo.
El marco de la escena no está nada mal. Al cabo del sendero procedente de Las Negras, irrumpe la vista de un pequeño paraíso verde en mitad del paisaje lunar del sur almeriese con una plaza de arena caliza. Para alcanzar la playa hay que atravesar una marea de vegetación que se nutre del líquido elemento, precisamente junto al antiguo torreón de defensa de costa.
El sendero está salpicado de recuedos un tiempo anterior donde la utopía tenía más vigencia: esculturas, pequeñas tallas en piedra, canalizaciones de agua... No es extraño oir historias de los celosos inquilinos del pequeño valle quienes sobre su rechazo a que lleguen más comuneros a su hábitat. La presión del turismo interesado en su particular modo de vida alternativo llega incesante en lanchas zodiac desde Las Negras.
Todo tiene un aroma a utopía imposible, caduca quizá. El espectador que inicia el camino de vuelta no deja de pensar que en tiempos de crisis pocos pueden permitirse el lujo de vivir sin trabajar.
Quién sabe si es posible en San Pedro o en otro lugar.
Besos, La Sastra.
De ruta por España en carreteraMás adelante detallaremos un viaje apasionante. ¿Por qué irse a EEUU para hacer la route 66? Las vías nacionales y autonómicas españolas dan la oportunidad de encontrar verdaderas joyas en el camino: una plaza castellana que nada envidia a la de Almagro en la toledana villa --desde que reinó Juana La Beltraneja-- de El Tembleque o la impresionante bajada al valle de Jerte llegando desde Baños de Montemayor (Ojo, que en Hervás hay que girar a la derecha) o los meandros del afluente del Tajo, el río Alagón, o los pueblos medievales que aún resisten en Las Batuecas, al sur de Salamanca. Recorrer una parte de la Costa da Morte sobre ruedas tampoco tiene desperdicio. Siempre, no hay que olvidarlo, con una velocidad crucero de entre 80-100 km/h y parando siempre que el cuerpo lo pida para apreciar bien los detalles. De momento, imágenes para a sugestión de todos de Ávila (primera parada), Finisterre, Combarro, Zamora, los pueblos de Las Batuecas, la naturaleza y su esplendor, ... Todo ello, desde luego, se puede hacer con la B.S.O. de Easy Rider porque los Steppenwolf son perfectamente compatibles con nuestro modo alternativo de hacer turismo...
Ávila luce sus murallas con orgullo


El espejismo de Eivissa en la Costa da Morte

Por fin quemé (virtualmente hablando, claro)
mis ropas de peregrina en Fisterra (Finisterre).
Un vistazo a Combarro...



La vida se abre paso con inocencia

Parada técnica en el lago de Sanabria

'Cálido' aniversario en Zamora (a las tres de la tarde y con un sol de justicia)

Fresca recompensa en Las Batuecas






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1 comentario:
¡Qué envidia! Mi arena negra es una tarima flotante que chirría, el agua más cristalina que tengo a la vista es la del dispensador y… ¿podemos considerar algas ocres a los ordenadores? Para que tu escena sea ideal sólo falta que el pastor sea George Clooney de incógnito y me digas que en la mano tienes un Campari con naranja (me ha salido la vena pija). Se te echa de menos, sastra con alforja.
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